viernes, 12 de julio de 2013

ABANDONADA Sixto Carrera Fuentes

Vagaba sola por las calles harapienta
tenía el rostro demacrado con crueldad
nos demostraba, cual golpeada cenicienta,
haber sufrido por toda una eternidad.
 
Me acerqué a ella, e implorándome me dijo:
¡Una limosna, se lo pido por favor!
Yo acongojado por sufridos inauditos
le di limosna, y contóme su dolor.
 
Óigame usted, señor, yo se lo pido,
guárdeme este secreto, se lo imploro.
hay algo que los seres en la vida,
tienen en su niñez y hoy día añoro.
 
Yo también tuve amores, quise a un hombre
y ese querer fórjese en sacrificio
tuve un hijo de aquel y entró a un hospicio
hoy debe tener su edad, ya es todo un hombre.
 
Quedó apenado al oír aquella historia
y un sufrimiento embargó todo mi ser,
ella en sollozos repetía esta oratoria
¡Gracias Dios mío!
 
Era mi madre, comprendí que era solo ella,
me fuí a abrazarla y ocultando su ansiedad
me beso mucho con ternura aquí en la frente
y muy bajito dijo en triste modular:
Oigame usted, señor, yo se lo pido, etc.

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